La luna redonda y blanca y brillante era lo unico que se veía desde la ventana de mi habitación. Un aullido hizo que un escalofrío recoriese mi espalda. Hacía ondear la tela del camisón, y me hacía recordar aquello que no quería que pasase. Tenía miedo, y empezaba a tener pánico. Un espanto real ante lo que podía pasar si te marchabas de allí.Mientras te miraba, deseaba que nunca acabases.
lunes, 15 de febrero de 2010
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me gusta tu blog e_e
ResponderEliminarsigue asi:)
GRACIAS MARIALANDIA e_é
ResponderEliminarcomo mola tu blog (Y) =)
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